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Un estudio concluye que los pacientes que ven al mismo profesional sanitario, de familia o especialista, a lo largo del tiempo tienen tasas de mortalidad más bajas.
La fidelidad tiene premio. Al menos en lo que se refiere a la salud. Ser fiel al profesional sanitario que nos ha atendido desde siempre podría ser un factor protector frente a la muerte. Lo acaba de verificar un estudio que se ha publicado en la revista «BMJ Open» y que ha llevado a cabo por vez primera una revisión sistemática de la relación entre las tasas de mortalidad y la continuidad de la atención médica. Y la conclusión es definitiva: ser atendido por el mismo médico a lo largo del tiempo, ya sea el de familia o un especialista, parece alargar la vida.
Este curioso estudio vuelve a poner el foco en algo que en los últimos años parece que se está olvidando: la importancia de las relaciones personales en la atención médica y la confianza del paciente en el profesional sanitario.
Estudios previos han revelado que la llamada continuidad de la atención sanitaria está relacionada con una serie de beneficios: pacientes que siguen los consejos médicos con mayor interés, una mejor aceptación de las vacunas y otras medidas preventivas, y menos ingresos hospitalarios de urgencias. Los médicos de familia, ha señalado en numerosas ocasiones la Sociedad Española de Medicina de Familia y Medicina Comunitaria (Semfyc), son «centinelas de la salud y la gestión sanitaria», y desempeñan un papel fundamental en situaciones tan relevantes para la salud como la vacunación infantil, el control de la diabetes o el colesterol elevado, o el mantenimiento de unos buenos hábitos de vida.
El lado humano de la medicina sigue siendo muy importante, e incluso una cuestión de vida y muerte.
En cualquier caso, añade Gray: «Los pacientes saben desde hace tiempo la relevancia que tiene qué médico ven y la fluidez de la comunicación. Hasta ahora, esto se había considerado una cuestión de conveniencia o cortesía». Ahora puede que se de vida o muerte.